¿Crear?¿Aceptar?

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Es habitual desde un cierto tiempo atrás escuchar / leer reflexiones alrededor de la ley de la atracción, de la cocreación consciente...

La mente es creadora, antes de existir algo en el plano material, existe en la mente. Luego, algunas de esas cosas se materializan, otras no. Nos han dado muchas recetas sobre cómo manifestar nuestros sueños, cómo representar vívidamente en nuestra mente con todo lujo de detalle y de emoción aquello que deseamos. Sabemos que aquello que sostenemos durante más tiempo en nuestra mente es lo que tiene más posibilidades de manifestarse. Y también que será lo que esté en nuestra mente, ya sea ésta la parte consciente o la parte inconsciente. Ahí es donde está la mayor parte del problema, según los expertos. En que nuestra mente subconsciente (o inconsciente) acumula versiones pobres de nosotros mismos, está llena de traumas, de dolor, de falta de autoestima...  y por eso acabamos manifestando realidades que reflejan esa mente subterránea, oculta y desconocida hasta para su propio dueño.

Desde los años 70 (casi 50 años atrás), en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Princeton (EEUU), el laboratorio conocido como PEAR (Princeton Engineering Anomalies Research) investiga sobre algo realmente interesante: la capacidad de la mente humana de modificar la aleatoriedad. Los resultados de sus investigaciones han sido publicados a través de multitud de artículos científicos, versando sobre el papel de la conciencia en el mundo material. A través de miles de experimentos han podido ver que la conciencia humana es capaz de afectar los resultados de procesos aleatorios en máquinas. ("Conciousness and the source of reality. The PEAR Odyssey . Robert G Jahn y Brenda J Dunne. ICRL Press)

Durante un tiempo estuve "jugando" con el generador de números aleatorios para ver si era capaz de modificar la aleatoriedad de 0 y 1, tal y como proponen los autores, y ví que sí, que era capaz, pero lo hacía en el sentido inverso a mi deseo. Es decir, cuando intentaba que la solución se decantara por un 1, se decantaba pero por un 0. Para mi descargo diré que los autores han detectado que es un resultado frecuente en mujeres, aunque no entendí por qué (Tal vez debería volver a leer el libro).

El caso es que la anécdota me sirve para ilustrar que, muchas veces, queriendo "manifestar" una realidad, aparece exactamente la contraria. Y es frustrante. Trabajando con profundidad consciente y subconsciente, patrones ocultos, los deseos y sus fundamentos...el resultado no siempre es el deseado.

Sin embargo, muchas veces me ha ocurrido que "cuando menos te lo esperas, salta la liebre". En el momento más insospechado aparece la persona, la situación, la realidad.... infinitamente mejor que si la hubieras estado visualizando. Mejor que en el mejor de mis sueños, casi siempre sorprendente, generosa, insólita!. Mejor, porque además es nueva realmente. A veces, cuando he visualizado algo tantas veces, luego cuando ocurre es como si ya no tuviera tanta emoción, como si fuera "de segunda mano", porque ya la he vivido en mi mente, incluso a veces "es mejor imaginar que ver"... Pero cuando ocurre lo insospechado y me abro a ello, y lo acojo, wow, eso me sabe a puro milagro...

Reconozco que la mayor parte de los cambios en mi vida se ha basado en esos "momentos insospechados", que superan cualquier expectativa. Claro que, casi siempre, la inspiración me encuentra trabajando, atenta y receptiva.

Es decir, sigo mi día a día, intentando ser impecable en todo lo que hago, con el intento  de (la intención de, dirigiendo mi energía y trabajando en) seguir creciendo y expandiendo mi conciencia, seguir aprendiendo y siendo útil a los demás, anclándome en el agradecimiento, en la paz y en el respeto (empezando por el respeto hacia mí misma), muy consciente de que, en realidad, cada vez tengo la sensación de saber menos. Sobre los comportamientos humanos, sobre las necesidades reales, sobre las posibilidades en las que puedo aportar mayor valor... Y en ese intento (intención, dirección de mi energía, trabajo...) la vida me sorprende siempre. 

A veces las sorpresas me hacen sacar una sonrisa inmediata. Otras veces, me dejan paralizada y me lleva un tiempo comprender de qué regalo se trata... 

Por eso hoy me cuestiono, ¿cuál es la clave? ¿co-crear, crear, visualizar, soñar, desear....? ¿o simplemente mantenerme conectada a la vida y a mi propio interior y dejar que la vida me sorprenda? No sea que estoy tan enfocada en lo que yo creo querer que no veo lo que la vida me ofrece...

Últimamente confieso que me decanto más por esta segunda opción. Me decanto por mantenerme en mi centro. Mi mente inquieta no puede dejar de proyectarse y soñar, pero no pongo mucha energía en crear en mi mente grandes sueños con detalle, sino en la conciencia presente en cada instante  y sus pequeños milagros, en estar atenta a los detalles y esas pequeñas "señales" que aportan una valiosa información de cuál es el siguiente paso a dar. En aceptar cada situación que me propone la vida como la Mayor de las Bendiciones. En agradecer la posibilidad de seguir aprendiendo y creciendo... 

Y ¿sabes una cosa? Me siento bien en ese punto. 

La ansiedad y la frustración de los sueños-no-cumplidos desaparece. Y en cambio, vuelve a  mi el sentimiento de agradecimiento y de curiosidad, me doy cuenta de que me siento más como una niña, dispuesta a descubrir lo que el día de hoy nos va a regalar... Porque la vida, para mi, sigue siendo un misterio y un milagro...

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