El parto, nuestro primer exámen

¡COMPARTIR ARTÍCULO!

De pies, de nalgas, con forceps o con cesárea, con oxitocina, con anestesia o antes de tiempo, hoy en día hay muchas formas de nacer, impensables años atrás. Ese primer momento del parto, el momento en que vemos la luz por primera vez, que nuestros pulmones se esponjan llenándose de aire, es nuestro primer examen. La manera en la que venimos al mundo determina lo que nuestro inconsciente va a grabar como "seguro", lo que va a considerar la causa de nuestra supervivencia. Si nacemos antes de tiempo, probablemente tengamos tendencia a mantener ese patrón de adultos, llegando antes de tiempo (o fuera de la puntualidad) a los lugares, sintiendo que de ello depende nuestra supervivencia. Si el bebé detecta que fuera hay problemas, puede intentar retrasar al máximo la salida a un lugar potencialmente peligroso... La frialdad de un fórceps puede hacernos pensar que solo siendo fríos o estando rodeados de personas frías estaremos a salvo. Los partos asistidos pueden generar adultos que siempre necesiten "un empujón" desde fuera a la hora de materializar los proyectos...

Sin embargo, no todo está determinado de forma permanente. El simple hecho de tomar conciencia de ello, de poderlo explicar a los niños, de exteriorizar las emociones vividas por la madre durante ese importante momento, pueden ayudar enormemente a ese futuro adulto a quitarse posibles límites o patrones que le perjudiquen en su vida posterior. Así como nacemos por primera vez, así tenemos tendencia a repetir los sucesivos "nacimientos" en nuestra vida, los siguientes eventos importantes en los que realmente manifestamos nuevas vidas... Sigue la conversación en nuestro programa de radio...

¡COMPARTIR ARTÍCULO!