No te olvides de ti

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No te olvides de ti. Pase lo que pase, no te olvides. No dejes que las prisas invadan tu paz. No dejes que lo inmediato devore a lo eterno. No, no te olvides. Cada día hay cientos de correos, decenas de mensajes en tu teléfono móvil, miles de pensamientos en tu cabeza... pero no te pierdas. Lo importante eres tu. Siempre tu. Lo que tu eliges, a lo que tú le das importancia, en lo que centras tu atención.... porque en eso se convertirá tu vida. No en lo que dejas de hacer, no en lo que ignoras; tu vida se convertirá en aquello en lo que tu te centras. Por eso, no llenes tu vida de distracciones, llénala de instantes, de consciencia, de intensidad. Llénala de observación, de presencia, de elecciones. No dejes que "te pasen las cosas", observa y actúa. Acepta y sigue. Sigue tu corazón, sigue tu intuición. Sigue tu anhelo. No dejes que el pensamiento te enrede, úsalo para llegar a donde quieres. Porque la mente es el más poderoso instrumento para ir a donde quieras. Pero primero tienes que saber a dónde quieres ir, no sea que te pierdas. No sea que entre tantas distracciones, entre tantas obligaciones, entre tantas cosas por aprender acabes olvidándote de qué soñabas, de a dónde querías llegar, de quién querías ser. 

No te olvides de ti, porque finalmente, lo que existe fuera no es más que un reflejo de lo que ocurre aquí dentro. Y aquí dentro, en tu mente, en tu corazón, en tu consciencia, es donde tienes la posibilidad de habitar, de estar, de crear, de cambiar. Es aquí dentro donde reside el universo, donde el amor que eres mantiene tu cuerpo y tu creación unida. Es dentro de ti y no fuera donde todo se crea y todo se destruye. Donde todo se sostiene y donde el tiempo se detiene dándonos un instante de eternidad.

El resto son espejos, unos más pulidos, otros más en bruto. Unos más brillantes, otros distorsionados. Espejos necesarios, espejos maravillosos que te muestran esa parte de ti que amas, y esa parte de ti a la que no te atreves a mirar.

No te olvides de tus sueños, no te olvides de que, al final, la única persona que está contigo siempre, día y noche, hasta el fin de tus días, eres tu. Sí, ya lo sé que todos somos uno, que todos estamos unidos más allá de lo visible en un gran mar de conciencia del que somos apenas una gota. Pero nuestra mente humana nos atrapa en un espacio-tiempo limitado. Nos crea la separación como estrategia para aprender. Que la espiritualidad no te haga huir de lo humano, que la unidad no te haga sentir que no existes. Porque existes, y eres tu todo y tu nada simultáneamente.  

Trátate con cariño, cuídate, respétate... porque así como tu hagas, así tus espejos te mostrarán.

No te olvides de ti... no dejes que tus prisas invadan tu paz, que tus miedos opaquen tu luz. Brilla con toda la luz que ya eres...

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